Jorge Arauna tiene 33 años y toda su vida ha trabajado en educación. Ex alumno del ex Colegio Juan Pablo Segundo, actual Padre Esteban Gumucio, Jorge ha estado conectado a la comunidad CEAS desde que hacía catequesis con el propio padre Esteban, durante su enseñanza básica.
Hoy – cuando no hay cuarentena – se desplaza diariamente desde su residencia en La Granja a La Pintana, para trabajar con los alumnos y alumnas de Prekinder a 5to básico del Colegio Santo Tomás, supervisar los recreos y realizar todo tipo de labores administrativas. La pandemia, sin embargo, le tenía reservado un desafío diferente: conectar a cada alumno y alumna a las clases online, en un sector de la capital muy golpeado por la falta de conectividad a internet y donde muchas familias no cuentan con suficientes dispositivos para que todos puedan realizar sus labores en línea.
“Hemos tenido que hacer campañas para conseguir dispositivos y chips con internet para que los estudiantes puedan asistir a sus clases y usar Google Classroom. No es fácil, pero hemos logrado que salvo casos muy puntuales, la mayoría asista en mayor porcentaje que el año 2020 incluso”, explica.
Jorge cuenta que su parte favorita de su trabajo es, justamente, la que se ha visto más perjudicada por la crisis sanitaria: supervisar recreos. Según rememora, el recreo era uno de sus momentos favoritos como escolar, por lo que se ve reflejado en la alegría y energía de los estudiantes al correr, saltar y reír. Por ello, su mayor deseo para 2021 es que la pandemia, por fin, de paso a un estado de normalidad para los escolares, y que estos puedan retornar a los establecimientos.
“Lo único que quiero es que se acabe esta pandemia. Ver a los niños y niñas felices en su colegio no tiene precio”, finaliza.